Nuestro planeta es el resultado de procesos físico-químicos extremadamente complejos que se encadenan entre sí desde hace miles de millones de años. Muchos de ellos obedecen a fenómenos cíclicos propios de la Tierra, pero muchos otros han sido desencadenados por la intervención de eventos extraterrestres. Estos fenómenos, aunque inusuales, forman parte de la propia evolución de nuestro planeta y a pesar de que se conocen algunos de ellos [por ejemplo, la constante caída de pequeños meteoritos] se desconoce como y cuando nos pueden afectar aquellos fenómenos que se repiten  en tiempos geológicamente largos, como la  entrada en la atmósfera de pedruscos de mayores dimensiones, las alteraciones del viento solar o  la radiación cósmica procedente de los confines del universo.

Las fuerzas naturales conocidas, como la gravedad o el electromagnetismo, así como la relatividad de las coordenadas espacio-tiempo, se combinan de una forma incomprensible para nuestro intelecto. Hasta el día de hoy, nadie ha sido capaz de dilucidar ciertos fenómenos donde aparecen implicadas fuerzas desconocidas bautizadas como materia oscura y energía oscura, y cuyo enigma representa la última frontera del conocimiento científico.  Estas misteriosas fuerzas estan presentes en todo el universo, tanto a escala subatómica como a escala sideral, en un mundo paralelo al nuestro, en una dimensión donde nuestros sentidos no pueden llegar.  Interactúan más allá de nuestra atmósfera, en las profundidades de los océanos o en el interior candente de la Tierra, y atraviesan todo, incluidos nuestros cuerpos.