Cuando la Tierra se formó, había todavía muchos planetesimales en el Sistema Solar. Estos fueron atrapados por la fuerza de gravedad de nuestro planeta en lo que se llama el gran bombardeo, que fue tan intenso que la temperatura de la Tierra aumentó significativamente. En ese estado, los elementos más pesados, tales como hierro y níquel, se hundieron hasta el centro y los elementos más livianos emergieron a la superficie. Esto dio lugar a la estructura por capas de la Tierra que aún perdura.

La mayor parte de los conocimientos que tenemos sobre el interior de la Tierra proviene del estudio de las ondas sísmicas de los grandes terremotos. Estas ondas atraviesan todo el planeta y proporciona importante información sobre la estructura interna de la Tierra. Como los rayos de luz al pasar a través de un prisma de crista y se refractan formando un espectro, las ondas sísmicas que pasan a través de las rocas terrestres alteran sus características. Debido a que la velocidad de las ondas depende de la densidad del medio que atraviesa, podemos generar un mapa densidades a diferentes niveles de profundidad y demostrar que la Tierra está compuesta de varias capas discontinuas.

Capas de la Geosfera

Nuestro planeta está formado en su interior por difentes tipos de materia rocosa, cada una con características físico/químicas muy diferenciadas. Tradicionalmente la geosfera se divide en tres capas principales: Corteza, Manto y Núcleo. Para su mejor comprensión estas capas a su vez se subdividen en otras tantas y, además existen otras divisiones a partir de aspectos tectónicos [Litósfera y Astenósfera] o las líneas de discontonuidad que se suman al esquema tradicional. Debido a la complejidad de las fuerzas geológicas que interactuan en lo más profundo de la Tierra desde los orígenes del universo, la ciencia actual no ha resuelto todos los enigmas de nuestro planeta... ni mucho menos.

La Corteza

Como la piel de una cebolla, la corteza es la capa más fina y superficial de la Geosfera, en contacto directo con la Atmósfera, la Hidrosfera y la Biosfera. En esta capa la gradiente geotérmica es de 1 °C por cada 33 metros de descenso. Este aumento de la temperatura es constante sólo en la corteza, pues en las otras capas interiores es muy diferente. Está constituida por rocas, que a su vez conforman los continentes y los lechos marinos. Representa el 2% del volumen de la Geosfera y su espesor varía desde una media de 100 km [en las plataformas continentales] a 70 km [en el fondo de los océanos].

El Manto

Es la capa intermedia que se encuentra entre la corteza y el núcleo de la Geosfera. Es llamada también Mesosfera y está conformada por rocas cuyo estado varía entre semisólido y líquido, debido a la gradiente térmica que cuando alcanza altas temperaturas consigue fundir las rocas y tranformarlas en magna. Tiene una media de 3.000 km. de espesor y está compuesto principalmente de magnesio, silicio y hierro. El manto representa el 82% del volumen de la Geosfera y en lenguaje tectónico los geólogos distinguen dos subcapas: La Astenosfera, donde se encuentra el magma formando corrientes convectivas sobre la cual flotan y se mueven las placas tectónicas y la Pirosfera, considerada el fondo de los volcanes.

El Núcleo

Es la capa más profunda de la geosfera. Es llamada también Nife, porque en su composición se encuentra fundamentalmente Níquel y Hierro. Aquí se registran las más altas presiones y temperaturas de la tierra, aproximadamente 6.000 °C. Constituye el centro de la Tierra y posee un espesor de unos 3.470 km. Representa el 16% de la masa de la Geosfera. Se divide en dos subcapas: el Núcleo Externo que se encuentra en estado líquido y el Núcleo Interno, que se mantiene en estado sólido debido a las fuertes presiones que allí se concentran.

Discontinuidades
Son las regiones de transición situadas entre las capas y subcapas de la Geosfera. En las discontinuidades donde las ondas sísmicas varían de dirección y velocidad debido a un cambio en composición. Las discontinuidades conocidas son:

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