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1492 octubre
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Historias de la Globalización

 
El planeta Océano. Los barcos mercantes podían acceder a todos los territorios a través del mar...  

LA PENÍNSULA IBÉRICA EN EL PRIMER COMERCIO GLOBAL
Red de Intereses Mercantiles y Geoestratégicos [siglo XV al XVIII]

Los circuitos del comercio de las colonias españolas hizo posible el establecimiento en España de intereses internacionales. Especialmente Andalucia y las áreas costeras, normalmente ciudades portuarias, se convirtieron en centros de comercio tanto para nativos como para extranjeros. Un constante intercambio de ideas, culturas, actividades productivas y comercio convirtió Sevilla y más tarde Cádiz en una “Babilonia con cientos de rostros”

Algunos productos, como la seda de Iran, finas telas y cristal así como otras mercaderías del Este, tintes y especias que tradicionalmente llegaban a Sevilla, comenzaron, a partir del siglo XVI a ser pagados con plata y oro de América cuando estos se convirtieron en moneda internacional. Paradójicamente, es la defensa de los territorios de la Corona Hispana en Europa lo que atrapa más esfuerzos políticos y económicos, lo que lleva a una decisiva influencia en la crisis y decadencia de las colonias de ultramar a lo largo del siglo XVII.
[...]
Con respecto al papel de España en el comercio mundial, los estudios muestran las principales características de los diferentes procesos en la formación de un imperio, sus alianzas con las colonias (cercanas o no) y el tejido, a lo largo de todo el espacio Atlántico, de una compleja red de intereses públicos y privados. Ambos, viejos y nuevos trabajos, parecen subrayar (aunque diferenciadamente es sus tesis y en el tema estudiado) un mayor aspecto que de algún modo condiciona la suerte del imperio: su enorme tamaño y la gran expansión alcanzada en un tiempo relativamente corto. Desde un punto de vista político, cuando el imperio está en su mayor expansión, España consta de una buena parte del continente americano desde Alaska a la Patagonia, incluyendo vastas regiones del Norte de América, Sudamérica y el Caribe. España también ocupa territorios en la costa Atlántica de África. En Asia, gobierna Filipinas, también las Islas Marianas y las Carolinas. La vasta extensión del imperio español fuerza, al principio, otros competidores en la carrera colonial [holandeses, ingleses y franceses] a empezar una agresiva infiltración desde las áreas marginales del imperio hispano. Esto sucede principalmente en América, donde los poderes norte europeos empiezan a fijar áreas al margen de la expansión hispana, tales como las islas Antillas y otros lugares menores del caribe español.
[…]
Esto allana el camino en muchas ciudades de diversas regiones de España para convertirse en el nudo central de una compleja red horizontal de intereses que provoca la presencia e intervención de comerciantes extranjeros.

No obstante, los viajes iniciales de colonización y comercio, así como las diferentes subsecuentes compañías, le deben mucho a una previa tecnología y tradición marítima, heredada desde los fenicios, griegos, romanos y árabes. Las condiciones que condujeron a este periodo de expansión existían antes de Cristóbal Colón, especialmente aquellas de naturaleza geográfica, pero también aquellas que provienen del existente enlace con las culturas marítimas del Mediterráneo que previamente han reforzado el impulso colonizador hispano. Además, las huellas dejadas por la cultura árabe en grandes áreas de la Península Ibérica [Andalucia o Valencia por ejemplo] provoca que estas regiones se conviertan en una especie de experimento de la globalización.

Los fenicios, los romanos y más tarde los árabes traen a estas regiones sus costumbres, vocabulario, tecnología y productos, lo que, a su vez, encuentra su camino por el Atlántico. De hecho, España toma de otras áreas del planeta productos y tecnología que han sido introducidas en España por los árabes, aparte de la navegación y tradiciones de comercio heredadas de las antiguas culturas del Mediterráneo. Estas culturas influencian la globalización mediterránea mucho antes de que el eje se moviera al Atlántico. Semejante herencia es un factor [o un hecho histórico] muy crucial y decisivo para el papel jugado por la península ibérica en este proceso.

Otro factor importante del singular papel de España durante el siglo XVI es el hecho de que España se convierta en el principal centro de canalización de la plata y otros metales preciosos para los diferentes centros internacionales de comercio. Como consecuencia, varias ciudades españolas se convierten en centros de comercio ocupados en la re-exportación de productos coloniales a lo largo de varias rutas marítimas, lo cual también atraía a comerciantes de diferentes países europeos y del Mediterráneo que llegan y se establecen en estas ciudades, formando de ese modo colonias mercantiles donde ellos, a su vez, dirigían su negocios por el Atlántico. Las regiones españolas, especialmente las de la costa, eran testigo del constante fluir de capital y mercancías que convertían sus ciudades en centros cosmopolitas que atraían a muchos comerciantes y viajeros extranjeros.

El rápido crecimiento del comercio colonial español con América se favorece por una serie de factores tales como la posición geoestratégica de la Península. También tenemos que considerar las necesidades económicas y los lazos históricos con varios espacios económicos que llegan hasta antiguos enlaces, rutas marítimas y relaciones políticas y culturales, como los mantenidos con Flandes, con varias ciudades Hanseáticas y, por otro lado, con los puertos del Mediterraneo y Asia Menor así como con el Lejano Oriente.

Sólo puedo hacer hincapié en la importancia de los puertos de la península para el comercio de otros países europeos como Inglaterra, Francia y los Países Bajos. Y esta situación dura hasta los cambios estructurales en la economía europea que se dan bien entrado el siglo XVIII. La ruta a través del Sound [el estrecho entre Dinamarca y Suecia] es una de las más importantes rutas marítima-comercial de la era pre-industrial, y varios poderes marítimos comerciaban con cereales y materias primas para la construcción, tales como troncos y hierro, con límites en el sur y oeste de Europa. A la vuelta volvian cargados de productos del sur del Mediterráneo y de las colonias de gran demanda debido al crecimiento social y económico en el norte de Europa. Gran cantidad de estas mercancías llegaba indirectamente desde los almacenes en Cadiz. Los mercados del Mediterráneo influenciaron la expansión por el Atlántico más de lo que previamente se pensó, y sus productos eran altamente demandados en los comercios internacionales.

Como asegura Braudel, hay todavía una investigación pendiente de la gran cantidad de productos que llegaron a las ciudades españolas desde Asia Menor e Italia, y que fueron redirigidas por los circuitos del Atlántico. Estos bienes, como seda de Iran, finas telas y cristal así como otras mercaderías del Este, tintes y especias que tradicionalmente llegaban a Sevilla, comenzaron, a partir del XVI, a ser pagados con el oro y la plata de América cuando estos se convierten en moneda internacional. Los mercaderes genoveses no solo se asentaron en ciudades portuarias españolas, sino que además dejaron una importante influencia en los procesos políticos y financieros dentro de la España monarquica.

En Sevilla, la existencia de tantas comunidades extranjeras condujo a desacuerdos internos y conflictos sociales que explican algunas de las causas judiciales llevadas a cabo en el siglo XVIII contra extranjeros y sus descendientes [la llamada jenizaros]. Es obvio que el comercio español tenia una fuerte atractivo para los mercaderes extranjeros, tan activamente buscando nuevos mercados y viendo en la península ibérica como la llave de acceso a las diferentes rutas marítimas.

 

[*] Ana Crespo Solana
Red de Intereses Mercantiles y Geoestratégicos.[del siglo XV al XVIII]
Nacida en Cádiz. Doctora por la Universidad de Cádiz en Filosofía y Letras [Geografía e Historia], especialidad de Historia Moderna y Contemporánea].
Colabora en:
RECCMA [Red de Estudios Comparados del Caribe y Mundo Atlántico]
La Red de Estudios Comparados del Caribe y Mundo Atlántico pretende reunir a los principales grupos y especialistas que en la actualidad trabajan sobre el Caribe como plataforma del Mundo Atlántico, con el fin de conocer proyectos de investigación, intercambiar información e incrementar la colaboración.

 
 

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