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Pedro Sarmiento de Gamboa, entre otras hazañas, fue uno de los primeros navegantes españoles en recorrer y cartografiar los canales patagónicos y volver a España atravesando el estrecho de Magallanes en dirección Oeste-Este. Sin embargo, lo poco que se recuerda de él rememora la trágica historia de los colonos abandonados a su suerte en la Ciudad del Rey Felipe y Nombre de Jesús, los primeros intentos fallidos por mantener asentamientos fijos en el Estrecho, con el objetivo de fortificar ambas orillas e impedir el paso a los navíos que merodeaban por sus aguas, muchos de ellos piratas sin escrúpulos.
Pocos recuerdan que Sarmiento de Gamboa fue un estudioso de las matemáticas, la cosmografía, las lenguas clásicas y la historia, hombre interesado por la geografía y las costumbres de los lugares que recorría. Tuvo tiempo y ganas para escribir su Historia de los Incas utilizando un riguroso método de investigación basado en testimonios verbales de los principales líderes indígenas. Sobre la forma que tenían los Incas de comunicar y transmitir sus conocimientos y tradiciones de generación en generación, Sarmiento nos cuenta en su obra:
«para suplir la falta de letras tenían estos bárbaros una curiosidad muy buena y cierta y era que unos á otros, padres á hijos, se iban refiriendo las cosas antiguas pasadas hasta sus tiempós, repitiéndoselas muchas veces como quien lee lección en cátedra, haciéndoles repetir las tales lecciones historiales á los oyentes, hasta que se les quedase en la memoria fijas, y así cada uno á sus descendientes iba comunicando sus anales por esta orden dicha para conservar sus historias y hazañas y antigüedades y los números de las gentes, pueblos y provincias, días, meses y años, batallas, muertes, destrucciones, fortalezas y cinches, y, finalmente, las cosas más notables que consisten en número y cuerpo notábanlas y agora las notan en unos cordeles á que llaman quipo [Khipu] que es lo mismo que decir racional ó contador. En el cual quipo dan ciertos nudos como ellos saben por los cuales y por las diferencias de los colores, distinguen y anotan cada cosa como con letras. Es cosa de admiración ver las menudencias que conservan en aquestos cordelejos de los cuales hay maestros como entre nosotros del escribir. Y demás desto había, y aún agora, hay particulares historiadores destas naciones que era oficio que se heredaba de padre á hijo. |