|
Claudio Ptolomeo [Alejandría, siglo II dC], fue uno de los pensadores más influyentes del medioevo europeo. Su obra más importante fue su Almagesti [el más grande, nombre dado desde su primera traducción al árabe en el siglo IX], un compendio enciclopédico de trece volúmenes que compilaba gran parte del pensamiento clásico y aportaba su propia visión de las leyes del universo. Uno de los libros –el octavo- contenía su Geographia, en la que se establecía por primera vez un sistema de coordenadas que permitía localizar unos 8.000 lugares del mundo habitado, siendo precursor del sistema de paralelos y meridianos que serían reinterpretados siglos más tarde por Gerard Mercator y que continúa siendo la base de la cartografía moderna.
Sin embargo, Ptolomeo destierra la noción heliocéntrica del universo defendida por muchos de sus predecesores y contemporáneos y, en cambio, se inclina por la hoy obsoleta teoría geocéntrica, determinando que la Tierra permanece inmóvil en el centro del cosmos. También desecha el concepto de esfericidad de la Tierra y circunscribe el mundo habitado a la cuarta parte de la superficie terrestre, apenas la mitad del hemisferio norte: Europa, el norte de África y una porción de Asia.
La antigua concepción del mundo medieval obedecía a cánones filosóficos y religiosos, que geometrizaba y ordenaba el mundo disponiéndolo en un plano circular, donde mares y ríos dividían de forma intencionada el mundo conocido en tres partes formando una “T” inscrita en una “O”, con Jerusalén al centro. Este sistema tripartito inspirado en el Mappa Mundi de Ptolomeo fue dogma incuestionable y permaneció casi invariable por más de mil años, hasta que Copérnico, retomando los escritos de pensadores anteriores a Ptolomeo, marcó el inicio de los nuevos paradigmas científicos que iluminarían el espíritu del hombre renacentista en Europa. |