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Fue Martin Behaim de Nuremberg [1459-1507] quien construyó uno de los primeros globos terráqueos modernos y, de hecho, su Erdapfel, como él lo llamó, es el globo terrestre más antiguo que se conserva hasta el día de hoy. Globos de esa fecha, e incluso anteriores, ya eran conocidos. Sin embargo, sólo dos globos de una fecha anterior al descubrimiento del Nuevo Mundo han sobrevivido, uno es el Behaim [que está en el Museo de Nuremberg], y el otro, más pequeño, el Laon Globe que se conserva en el Depôt des Planches et Cartes de la Marine, en Paris.
Es posible que Behaim, estando en Portugal, haya conocido a Colón y entablado discusiones acerca del proyecto para llegar a las Indias por el oeste; este hecho fue relatado por Antonio de Herrera en su Historia General de las Indias; cuando explica que Colón "confirmó su opinión con su amigo Martín de Bohemia, un portugués, oriundo de la isla de Fayal, un cosmógrafo de gran criterio". Toscanelli, en su famoso mapa de 1474 se refiere a un globo terráqueo como lo más adecuado para demostrar la hipótesis en cuanto a la pequeña distancia que supuestamente separaba el Oeste de Europa desde el Este de Asia. Cristóbal Colón también tenía un globo terráqueo a bordo de su embarcación en la que Cipango [Japón] estaba representado frente a las costas de Europa, y que puede haber sido obra de su hermano Bartolomé que, según las crónicas de Las Casas, realizó mapas y globos.
Existe cierta controversia en torno a las actividades de Behaim en Portugal y los privilegios que se le concedieron, ya que de acuerdo con algunos historiadores [Ravenstein y Stevenson] es muy poco probable que tenga razón de ser su fama como navegante y astrónomo con la que algunos de sus biógrafos han tratado de coronarlo. Sin duda, fueron principalmente razones comerciales las que le llevaron a Portugal, ya que Behaim pertenecía a una casta de comerciantes en una floreciente ciudad del sur de Alemania, Nuremberg, y aprovechó las oportunidades que se le presentaron para viajar. Poco después de su llegada, hacia 1484, fue honrado por el rey Juan II siendo nombrado miembro de la Junta dos Mathematicos [Consejo de ciencias náuticas o matemáticas]. Durante sus primeros años en Portugal, estuvo relacionado con una o más expediciones por la costa de África, fue condecorado Caballero por el rey, presumiblemente por sus servicios, y vivió en la isla Fayal durante algunos años.
En 1490 regresó a su ciudad natal, Nuremberg. Fue la sugerencia de George Holzschuher, miembro del ayuntamiento de la Ciudad quien propuso a sus colegas del Consejo que se le encomendara a Martin Behaim la tarea de construir un globo terráqueo en el que estuviesen representados los recientes descubrimientos de los portugueses. Es interesante el hecho de que en los registros que se han conservado de George Holzschuher, quien supervisó la ejecución de la obra, podamos seguir en detalle la construcción del globo a través de sus diversas etapas. Allí están los nombres de quienes participaron en su producción, el tipo de trabajo y la cantidad abonada a cada uno, y el costo total para la ciudad del producto terminado, algo menos de setenta y cinco dólares. La importante labor de transferir el mapa cartográfico a la superficie del globo, fue confiada a George Glockenthon, quién agregó muchas miniaturas de una variedad de temas que iluminó con ricos colores, oro y plata. Dedicó quince semanas a realizar este trabajo. . |