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LA CIUDAD DE LOS CÉSARES
óleo sobre lienzo encolado a tabla
70 x 100 cm [2010]
 
 

Un fraile en un momento de intimidad es el protagonista de una escena que transcurre en el siglo XVII. La carta que lee a la luz de las velas quizás se trate de una historia perdida en el tiempo, una carta de algún misionero que puede comentar avatares y sucesos acaecidos en esas lejanas tierras. El cuadro se titula La ciudad de los Césares, una ciudad que se creía situada en la Patagonia, un asentamiento que nadie conoció pero que sin embargo muchos aseguraron su existencia dejando testimonios bajo juramento.

Dos siglos después del primer viaje de Cristóbal Colón, el sur del Nuevo Mundo está apenas colonizado y aún no está completamente cartografiado. En los mapas de la época es frecuente ver incripciones tales como “Terra Australis Nondum Cognita[Ortelius “TIPVS ORBISTERRARVM”,1570] o “Terra asutralis Nundum Sive Magallánica Non Detecta[Ortelius, “MARIS PACIFICI, quod vulgo Mar del Zur”,1589].

La Patagonia, al sur del contiente americano, fue visitada por osados navegantes cuyas misiones encomendadas fueron muy diversas. Aparte de pilotos y marineros, en sus expediciones embarcaban religiosos, científicos, cronistas, militares, etc. Los diarios de a bordo y las publicaciones proliferaron al amparo de las primeras editoriales que difundían sucesos y descripciones de los navegantes y supervivientes de esos remotos lugares, donde la penuria de los naufragios y el encuentro con las tribus patagónicas se tornó fuente de mitos y leyendas y desató la imaginación de los europeos.

Pedro de Angelis, historiador argentino de origen italiano, publicó en 1836 “Derroteros y viajes a la Ciudad Encantada, o de los Césares, que se creía existiese en la cordillera, al sud de Valdivia”. Angelis recopila una gran catidad de informes, crónicas y derroteros que dan una idea cabal de una ciudad inventada, un paraíso perdido, un nuevo El Dorado Austral. En su introducción “Discurso preliminar a las noticias y derroteros de la Ciudad de los Césares” Angelis, nos acerca a su visión personal sobre algunos aspectos oscuros de la época colonial...

[...] “Bajo el imperio de estas ilusiones, acogían todas las esperanzas, prestaban el oído a todas las sugestiones, y estaban siempre dispuestos a arrostrar los mayores peligros, cuando se les presentaban en un camino que podía conducirlos a la fortuna. Es opinión general de los escritores que han tratado del descubrimiento del Río de la Plata, que lo que más influyó en atraerle un número considerable y escogido de conquistadores, fue el nombre. Ni el fin trágico de Solís, ni el número y la ferocidad de los indígenas, ni el hambre que había diezmado a una porción de sus propios compatriotas, fueron bastantes a retraerlos de un país que los brindaba con fáciles adquisiciones. Pero pronto reconocían su error, y el vacío que dejaba este desengaño hubiera sido abrumante, si no hubiesen tenido a su disposición un Dorado y los Césares para llenarlo”.

 
 

Pedro de Angelis [Discurso preliminar a las noticias y derroteros de
La Ciudad de los Césares

Carta del Padre jesuita José Cardiel [11 de agosto de 1746]

Descripción de la ciudad de los españoles por el P. Tomás Falkner, jesuita (1760)

Declaración del capitán D. Fermín Villagrán, sobre la ciudad de los Césares

Derroteros y viajes a la Ciudad Encantada, o de los Césares,
que se creía existiese en la cordillera, al sud de Valdivia [texto completo]

Carlos Rojas [la Ciudad de los Césares]

Cronología

Storm brewing at Cape Horn - 208 [Photograph courtesy of John Delaney]