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En geología, una falla es el plano donde se produce una fractura de las rocas que contituyen la corteza terrestre. Las fuerzas de compresión o deslizamiento causan un desplazamiento de las rocas entre los bordes de la fractura produciendo terremotos que pueden alcanzar grandes magnitudes. La longitud de una falla puede variar desde unos pocos centímetros hasta varios cientos de kilómetros, y el eventual desplazamiento del terreno se produce a lo largo de toda la superficie de la fractura [plano de la falla]. En algunos casos, el movimiento se distribuye en una zona de fractura compuesta de muchas fallas individuales que ocupan un cinturón de cientos de metros de ancho. Aunque la distribución geográfica de las fallas varía, estas se producen tanto en la corteza continental como en los lechos marinos.
Existen varios tipos de fallas según el tipo de desplazamiento que se produce en ellas, entre ellas dos principales: Las fallas con desplazamiento horizontal y Las fallas con desplazamiento vertical. Estas últimas pueden ser de dos tipos diferentes dependiendo de la dirección de las fuerzas que actuan: Normales [fuerzas expansivas] e Inversas [fuerzas compresivas].
Las fallas con desplazamiento horizontal se conocen como Fallas de Transformación [de desgarre]. Se producen cuando el movimiento es horizontal a lo largo del plano de ruptura. Las rocas de un lado de la falla se mueven en paralelo y se deslizan en direcciones opuestas desgarrando el terreno. Estas fallas no originan desniveles pero pueden desplazar varios metros todo lo que se encuentra en la línea de falla.
Las Fallas Normales se producen en áreas donde el terreno muestra un desplazamiento divergente en el plano de ruptura que tiende a separar las rocas [fuerzas de tracción]. En consecuencia, las rocas de un lado de la falla se hunden con respecto a las rocas del otro lado en el plano de ruptura. Las Fallas Inversas, en cambio, se encuentran en áreas donde las rocas de los bordes de una placa se comprimen unas contra otras en el plano de falla [fuerzas de compresión]. En este caso, las rocas de un lado de la falla ascienden con respecto a las rocas del otro lado. Las Fallas de Empuje son un tipo especial de falla inversa que se produce cuando el ángulo del plano de ruptura es muy pequeño.
En todo caso, el comportamiento tectónico de las fallas en la naturaleza es mucho más complejo de lo que sugiere esta clasificación. Con frecuencia una falla puede ser una combinación de una falla de transformación y una normal o inversa.
Además, las fuerzas tectónicas no siempre provocan la fractura de las masas rocosas en la superficie terrestre. En ocasiones, las rocas muestran un comportamiento más elástico y se deforman formando pliegues o plegamientos. Esas ondulaciones del terreno forman planos curvos que pueden ser anticlinal [convexos] o sinclinal [concavos]. En los planos sinclinales se suelen acumular sedimentos.
Finalmente, es preciso mencionar las Fallas Transformantes, aunque se estudian y forman parte del complejo sistema de tectónica de placas que actúa conjuntamente modelando toda la superficie de nuestro planeta.
Fallas Transformantes
Falla transformante o borde transformante es el borde de desplazamiento lateral de una placa tectónica respecto a la otra. Su presencia es perceptible debido a las discontinuidades que presenta el terreno. Este tipo de fallas actúan en los lechos marinos vinculando las dorsales oceánicas o en las áreas de desplazamiento entre placas continentales que se mueven en sentido horizontal. La falla transformante activa más conocida es la Falla de San Andrés, en California [EE. UU.]. |