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Tumbes es una pequeña aldea de pescadores situada en la península de Tumbes, en el borde costero de la antigua Araucanía, a pocos kilómetros del puerto de Talcahuano y de la ciudad de Concepción [Región del Biobío]. Las costas del golfo de Arauco, inmediatamente más al sur, terminan en Punta Lavapié y forma el rasgo geográfico característico de esta parte del largo litoral chileno.
La península de Tumbes es un istmo que separa la bahía de San Vicente de la bahía de Concepción. Las casas de Caleta Tumbes miran hacia la isla Quiriquina que tiene justo enfrente. Aunque en la actualidad esta aldea alberga a poco más de 200 familias, su historia es antigua y se pierde en las brumas del tiempo.
La Caleta Tumbes está señalada desde las primeras cartas náuticas utilizadas por los navegantes europeos. Su emplazamiento estratégico en la bahía de Concepción, frente a la isla domina la boca chica que permite el acceso a los puertos que allí se establecieron. Desde la primera incursión en esta región de García Hurtado de Mendoza en 1557, la bahía de Concepción se transformó en el lugar preferido por las flotas de la armada española. Por estas costas entraban a tierra firme tropas y todo lo necesario para las largas campañas que se extendieron durante siglos intentando conquistar estos territorios indómitos defendidos por el pueblo Mapuche, bautizados Araucanos por los cronistas de la época.
Desde aquellos remotos tiempos estas familias viven tradicionalmente de la pesca artesanal que salen a buscar cada temporada en sus pequeñas embarcaciones de madera multicolor. Algunas páginas de turismo local se refieren a ella como una “pintoresca aldea” debido a su oferta gastronómica, consistente en mariscos y pescados frescos y otros manjares recién extraídos de estas privilegiadas aguas.
Lamentablemente, con sobradas razones para ser una región próspera, esta parte de Chile acapara lo índices de desempleo y marginalidad más altos del país. Al drama de los pescadores artesanales, arrasados por la pesca masiva y las grandes multinacionales papeleras que lo contaminan todo, se suman muchos otros, como el conflicto nunca resuelto de los derechos del pueblo Mapuche o los miles de mineros abandonados a su suerte sin ninguna reconversión industrial para los trabajadores tras el cierre forzoso de las explotaciones en 1995. La extracción de carbón y numerosas fábricas, hoy cerradas [como Paños Tomé], formaron un día no muy lejano un entramado de grandes y medianas empresas que fueron el modo de vida y sustento de estas familias que aspiraban, en justicia, a formar parte de la clase media chilena. Hoy desgraciadamente, como en todo país privatizado, sólo hay ricos y pobres en medio de un mar de familias empobrecidas, endeudadas o con trabajos precarios. |